Desde muy joven he sentido la necesidad de contar historias. Por eso, en cierto sentido, se trata de una actividad anterior a todos mis trabajos y estudios. Ha sido una vocación muy temprana: escribía mientras estudiaba Derecho, mientras ejercía como abogado, mientras dirigía mi programa en ZTV… Empecé con pequeños cuentos y relatos y, poco a poco –al tiempo que leía mucho-, me fui atreviendo con textos más ambiciosos en extensión y en complejidad de trama. Fue a los 19-20 años cuando terminé mi primera novela. En 2006, cuando gané el Premio Gran Angular, di el salto al nivel profesional.

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